El inicio del color, la muerte trágica del invierno y la resurrección presuntuosa de la vida.
Anuncio de Primavera...
Mi vida está hecha de noches,
de lágrimas de estrellas,
de lunas frías y silenciosas.
Como un ángel de las tinieblas
se acostumbraron mis ojos a las calles oscuras,
a la penumbra de los bares, a la luz,
de neón, artificial.
Gentes, recién llegadas de la tarde,
aseguran que volvió la Primavera
y en mi ropero sólo hay trajes negros, presentimientos negros,
máscaras de amargura.
Señora de los Cielos Luminosos,
cuando no sea un maldito
me haré unas alas -como Ícaro-
e intentaré volar al sol.
Por: Javier Salvago
Los Colores que inundan la ciudad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario